Balacera en chocolatada en Ascope: el cacao que acabó en balas en La Libertad

Chocolatada en Ascope termina en balacera: una regidora muerta y varios heridos. Satírico relato sobre política, fiesta y violencia que no combina, ahora.

Balacera en chocolatada en Ascope: el cacao que acabó en balas en La Libertad

TITULAR: Cacao sangriento en Ascope: cuando la chocolatada decidió que era hora de dramatismo extra

Lead: Lo que iba a ser una chocolatada —esa noble tradición en la que la comunidad se encuentra, se empalaga y luego culpa a la política por todo— terminó siendo una escena de película mala: una regidora fallecida, varias personas heridas y una taza de cacao con sabor a absurdo institucional.

La escena fue tan surrealista que hasta la olla de cobre pidió asilo político. Según testigos, el evento comenzaba con villancicos, confites y discursos prometiendo ‘‘más gestión’’. Minutos después, alguien cambió el playlist por el ruido real de la región: ráfagas. No hubo momento de transición.

Los organizadores, visiblemente confundidos, ofrecieron primero servilleteras y después explicaciones. ‘‘Traeremos más azúcar para endulzar la situación’’, dijeron fuentes extraoficiales que, por si fuera poco, también coordinaron el silencio oficial. La alcaldía local prometió investigar. En su comunicado, que venía con foto retocada y sin fecha, se leía: ‘‘Se repudia el incidente’’. Traducción aproximada: ‘‘Hicimos un comunicado porque así nos lo enseñaron en la facultad’’.

Fake quote: ‘‘Nosotros trajimos la leche, ellos trajeron las balas; la gestión trajo el discurso y nadie trajo seguridad’’, declaró un vecino con la mano manchada de cacao y la paciencia ya de vacaciones.

Estadística absurda (no pedir acreditación): el Instituto Nacional de Eventos que se Torcieron reporta que el 98% de las chocolatadas terminan en anécdotas incómodas; el 1.9% en debates municipales eternos; el 0.1% en tragedias que nadie supo prevenir. Resultado: recomendar detectores de metales en la mesa de postres.

Mientras tanto, la clase política local se prepara para su protocolo habitual: minuto de silencio, foto con velas, promesa de ‘‘trabajar sin descanso’’ y luego volver a trabajar con descanso. Se espera la creación de una comisión investigadora que tarde lo suficiente como para que nadie recuerde por qué se creó.

Conclusión satírica (y dolorosamente real): si el cacao debería dar calor humano, esta vez solo dejó constancia de que las fiestas populares pueden ser terreno fertilísimo para la improvisación estatal. Pero tranquilos: ya se anunció que la próxima chocolatada tendrá más seguridad... y menos políticos, porque al parecer los dos ingredientes nunca se han llevado bien.

PD: Para la próxima, la organización propone cambiar la olla por una urna y así, de paso, ver si al menos las promesas se cumplen antes de que la música pare.

Publicado en: 19 de diciembre de 2025, 11:10

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