Cámaras registran robo a escolar mientras el patrullaje oficial practica el arte del ausentismo
Video muestra robo a una escolar; vecinos reportan ola de delitos y un patrullaje oficial que parece de vacaciones, pese al estado de emergencia capitalino.

Titular provocador: La cámara sí trabaja, la policía no — robo a escolar queda en alta definición y baja presencia
Plop. Un video de seguridad decidió hacer el trabajo que el patrullaje prometió en anuncios oficiales: captar en primer plano el robo y ataque a una escolar. Vecinos, con el ojo en las cámaras y la esperanza en mínimos, denuncian que los robos suben como los precios y que la policía y los militares andan con la misma disponibilidad que un servicio de entrega que no responde: ninguno.
En el metraje (que circula con más velocidad que las patrullas), se ve el incidente: corto, claro y sin subtítulos. La cámara, siempre puntual, cumplió su obligación cívica de testificar mientras la presencia interventora del Estado se quedó en modo "silencio". Resultado: imágenes que servirán para identificar rostros, recordar la falta de prevención y probablemente aparecer en los reels de la desazón barrial.
Los vecinos, entre el desconcierto y la ironía, cuentan que los robos ya parecen una temporada más del año, como la de lluvias pero con más drama. "Antes nos despertaba el estruendo de obras; ahora nos despiertan los reclamos por falta de patrullaje", comenta una vecina, quien prefirió mantener el anonimato para no añadir más capítulos a la telenovela del barrio.
Mientras tanto, el estado de emergencia —ese comodín que suena severo en los discursos— hace acto de presencia en pancartas y micrófonos, pero no en las calles. "Es una emergencia con horario de oficina", ironiza el autoproclamado experto en seguridad del condominio. "A juzgar por la frecuencia de las apariciones, el patrullaje está en versión ahorro energético".
Cita absurda del día: "Según el Instituto Nacional de Siestas Patrulleras, el 72% de las rondas oficiales adoptó la modalidad 'stand-by existencial'". (Cifras revisadas por el comité de la lógica perdida.)
¿Conclusión? Las cámaras siguen registrando la realidad en alta definición; la respuesta oficial, en baja. La ciudadanía exige respuestas, y las patrullas, aparentemente, un curso de reactivación. Mientras tanto, las familias esperan que el aparato del Estado pase de los slogans a las calles: o que aprendan a patrullar, o al menos que las cámaras cobren derechos de autor por tanto protagonismo.
Frase final para la edición: Si las cámaras tomaran decisiones, el primer decreto sería: "Patrullaje obligatorio y café para todos". Pero como las cámaras no votan, seguiremos viendo videos y esperando que alguien interprete el libreto.
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