Cómo obtener la ciudadanía americana: guía satírica y exagerada de requisitos

Parodia: guía para 'conquistar' la ciudadanía americana. Requisitos, entrevistas, juramentos y formularios explicados con ironía, cifras ridículas y mucho sarcasmo.

Cómo obtener la ciudadanía americana: guía satírica y exagerada de requisitos

Titular provocador: Cómo enrolarte en la gran aventura de ser ciudadano americano sin perder la cordura (ni la carpeta con los papeles).

Lead satírico: ¿Quieres la ciudadanía americana? Perfecto. Prepárate para una odisea administrativa donde los héroes llevan fotocopias, las cartas llegan por mensajería interdimensional y el juramento final incluye promesas de amar el café de oficina. Aquí te contamos, con toda la seriedad que exige la comedia, los pasos esenciales —o rituales ceremoniales— para solicitar la naturalización.

Primera parada: vivir lo suficiente para calificar

Requisito real convertido en leyenda urbana: para pedir la ciudadanía necesitas demostrar que has vivido en Estados Unidos el tiempo requerido. Traducción no oficial: debes acumular suficientes historias de tráfico, anécdotas de vecindario y cenas navideñas con gente que pronuncia tu apellido de forma creativa. Consejito práctico (satírico): lleva un calendario, una fotocopia de tu calendario y una fotocopia de la fotocopia.

Segundo acto: el formulario interminable

Form N-400 suena a objeto de arte moderno, pero es el papel que te acompañará como si fuera tu sombra burocrática. Llénalo con calma, firme con autoridad y guarda una copia para tu nieto. Estadística absurda: el 72,4% de los solicitantes admite haber comenzado a rellenar el formulario mientras veía telenovelas por miedo a distraerse con la realidad.

Tercera estación: biométricos, o cómo posar ante la cámara

Llegará el día de las huellas y la foto. Prepárate para salir con la misma cara que tienes cuando te toman la foto del DNI y piensas: "¿por qué siempre salgo inexpresivo?" Truco de experto falso: practicar 37 expresiones distintas frente al espejo y elegir la que diga "responsable, pero con sentido del humor".

Cuarta: la entrevista —o el casting para tu nueva vida

En la entrevista te preguntarán de todo: desde fechas históricas hasta la razón exacta por la que eres fan de la tarta de manzana. No, en realidad te preguntarán por civismo, moralidad y pruebas de que no eres un supervillano encubierto. Consejo irónico: memoriza cinco datos históricos y una anécdota conmovedora sobre cómo ayudaste a una señora a cruzar la calle.

Quinto: el examen de civismo y el idioma (o cómo sonar patriótico)

Examen de historia y gobierno: una décima parte memorizar, nueve décimas parte sensación de confianza fingida. Prueba de inglés: pronunciar “independence” como si fueras orador de plaza. Estadística inventada y divertida: el 45% de los aspirantes cree que “Impeachment” suena a nombre de cóctel exótico.

Sexto: el juramento final —sí, te obligan a decirlo en voz alta

Llegado el gran día, prestarás juramento de lealtad. Es emotivo, solemne y acompañado de aplausos (o del silencio incómodo de la sala). Si logras no reírte, ya tienes medio camino ganado. Nota satírica: algunos piden jurar mientras sostienen una hamburguesa para demostrar que la ciudadanía también implica amar la comida rápida.

Consecuencias absurdas (y totalmente imaginadas)

Una vez ciudadano, podrás: coleccionar sellos patrióticos en tu pasaporte, recibir invitaciones a barbacoas oficiales y participar en debates interminables sobre banderas. Efecto colateral opcional: sentir un impulso misterioso de pronunciar “God bless America” al sacar la basura.

Cita falsa para ponerle seriedad: “Según el Instituto de Trámites y Malabares Administrativos, el 88% de los solicitantes mejora su habilidad para esperar en filas tras completar el proceso”, asegura la Dra. Imelda Cola-Papel, experta en papelería emocional.

Epílogo irónico: ¿y si no te aceptan?

Si por alguna razón te devuelven el expediente, recuerda que la vida continúa: podrás intentar otra vez, montar un club de apoyo para almas burocráticas o dedicarte a coleccionar sellos postales vintage. Lo importante es no perder el sentido del humor —y una buena copia de todo.

Pie burlesco: Presenta tus papeles, practica tu cara de persona responsable y recuerda que, en la gran comedia de la naturalización, la paciencia y las fotocopias son los verdaderos protagonistas.

Publicado en: 18 de noviembre de 2025, 11:10

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