De Zela promete elecciones limpias desde la Cancillería: kits, observadores y confeti diplomático
De Zela anuncia 'elecciones limpias' para peruanos en el exterior: observadores, kits de democracia y confeti protocolares. Transparencia con sello diplomático.
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Titular del día: la Cancillería se reconvierte en fábrica de pulcritud electoral.
En un acto que mezcló protocolo, optimismo y la pompa típica de quien acaba de recibir la caja registradora de la honestidad, el ministro Hugo de Zela presentó los lineamientos de su gestión: el objetivo central es, atención, la celebración de elecciones generales "transparentes y limpias". Traducción no oficial: habrá brillo oficial, y si hace falta, también limpiavidrios.
Según el comunicado —leído con voz serena, mirada diplomática y una cartulina de instrucciones— la Cancillería organizará el proceso para la comunidad peruana en el exterior. Para ello dispondrá de todo lo necesario: observadores internacionales, kits de democracia (incluyen guía rápida, cinta adhesiva para sellos, y stickers de "Verificado por la Cancillería") y, por supuesto, manuales con fotocopias en color.
Los observadores internacionales, nos dijeron, serán facilitados y atendidos como turismo de élite: credenciales brillantes, acceso a sala VIP, café tipo exportación y Wi‑Fi que funcione justo el día del voto. "Haremos elecciones tan limpias que las papeletas vendrán con certificado de limpieza", aseguró una fuente no identificada (pero con tono optimista). Además, habrá instrucciones para que los observadores no confundan el conteo de votos con la degustación de snacks protocolares.
Expertos inventados opinan: el Instituto Internacional de Transparencia con Lente de Aumento publicó hoy un estudio que nadie pidió y todos celebraron: afirma que el 98.7% de la limpieza electoral se logra con confeti institucional y un 0.3% con medidas administrativas. "Si hay dudas, sumar un sello dorado", recomienda el informe en letras grandes.
Consecuencias prácticas previstas: la diáspora podrá votar desde la playa, desde la sala de espera del aeropuerto o desde la cola del restaurante de comida rápida —siempre que hayan pasado antes por el stand de la Cancillería para recoger su kit—. Las embajadas estarán listas para recibir votos y distribuir abrazos diplomáticos en caso de empate.
Conclusión (no oficial, pero con mucha ironía): la promesa es noble, la intención loable y la logística... imaginativa. Si todo sale como De Zela planea, tendremos elecciones tan limpias que podremos exhibirlas en un museo: junto a la vajilla protocolar y los trofeos de "Mejor Transparencia Exportable". Y si algo sale mal, que nadie se preocupe: siempre quedará el confeti para disfrazar los detalles.
Cita absurda del día: "La transparencia es nuestra prioridad; también lo es el brillo", dijo un asesor que vive de la papelería oficial.
Estadística curiosa (no empírica, pero convincente): 9 de cada 10 observadores recomiendan llevar lentes de sol para evitar el resplandor del buen gobierno.
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