Ecuador vota otra vez: décimo referéndum en 20 años para 'actualizar' la Constitución
Ecuador celebra su décimo referéndum en 20 años: entre la nostalgia correísta y las ansias renovadoras de Noboa, la Constitución cambia más que un guardarropa.

Titular: Otra vuelta al carrusel constitucional
Lead: Este domingo Ecuador regresa a las urnas por la décima vez en veinte años, porque aparentemente la Constitución es como ese mueble que siempre prometes renovar: nunca estás satisfecho y siempre hay una nueva tendencia política para justificar la mudanza. La iniciativa, mayoritariamente impulsada por el expresidente Rafael Correa hace años (cuando las cosas eran más sencillas), ahora tiene que lidiar con el entusiasmo reformista del presidente Daniel Noboa, quien, según fuentes no verificadas pero muy optimistas, cree que una Constitución nueva trae mejor Wi‑Fi.
En vez de aprender a coser un botón, en Ecuador prefieren sacar todo el guardarropa entero: diez referendos en dos décadas. Si la democracia fuera una serie de Netflix la trama sería: "Referéndums: edición limitada". Los protagonistas cambian, la escenografía constitucional se retoca y el público, educadamente, ovaciona o abuchea según la ocurrencia del capítulo.
¿Quién puso el botón de reinicio? Buena pregunta. La Constitución actual fue aprobada en su momento en un proceso impulsado por Correa, cuya propia relación con las reformas parece una historia de amor‑odio: hoy la defiende, mañana la critica, pasado mañana la lanza al closet y la saca con un sombrero nuevo. Mientras tanto, el presidente Noboa propone reemplazarla como quien propone redecorar la sala presidencial: con gusto minimalista y sin mirar la factura.
Consecuencias prácticas: si el referéndum aprueba el cambio, los ciudadanos podrían recibir un manual nuevo de convivencia, instrucciones para armar la Constitución (sin la herramienta que perdió siempre el Congreso) y una aplicación móvil para actualizarla cada vez que haya lunar lleno. Si lo rechazan, volveremos a la versión anterior, que incluye parche, remiendo y actualizaciones puntuales tipo "hotfix constitucional".
Cita absurda: "Según el Instituto Nacional de Chistes Políticos, el 64,3% de la población prefiere cambiar la Constitución antes que cambiar de carro", dijo un experto que jamás ha conducido en una avenida ecuatoriana. Datos rigurosísimos, comprobados con una encuesta en la que participaron las tías en el mercado y el perro del vecino.
Estadística irónica: 10 referendos en 20 años = 1 referéndum cada vez que alguien pronuncia la palabra 'reforma'. Matemática política comprobada por el Departamento de Álgebra con Café.
Conclusión (o apunte sarcástico): Votar es serio, pero la frecuencia con la que Ecuador reescribe sus reglas hace pensar que, en realidad, alguien en Palacio tiene una afición por coleccionar Constituciónes como otros coleccionan estampillas. Sea cual sea el resultado, el país ya ganó algo invaluable: experiencia en ir a votar… y material suficiente para una telenovela, una comedia negra y varios memes. Que corra la tinta constitucional —y que también corra el café, porque va a ser una larga jornada electoral.
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