Mincetur destruye 557 tragamonedas ilegales en nueve regiones: funeral nacional de monedas

Mincetur destruye 557 tragamonedas ilegales en nueve regiones; funeral de monedas, sindicatos de fichas y apostadores que ahora practican dominó en masa. Urgente.

Mincetur destruye 557 tragamonedas ilegales en nueve regiones: funeral nacional de monedas

¡MISA, MACHETE Y BÓLIDO! MINCETUR DA SUERTE FINAL A 557 TRAGAMONEDAS

En una mañana que olía a aceite de circuito y a estadística sacada de anverso de moneda, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) protagonizó el que probablemente será el funeral más solemne para objetos inanimados que jamás escucharon la palabra "responsabilidad social". Fueron 557 tragamonedas —sí, 557 excusas para perder la quincena— las que fueron destruidas en nueve regiones del país, en una cruzada que muchos llamarán necesaria y otros, con menos monedas en el bolsillo, llamarán exagerada... pero con cariño.

La escena fue cinematográfica: palas, camiones, funcionarios con chaleco que no les queda mal a nadie, y una orquesta imaginaria tocando jingles de casino en versión clásica. Según los asistentes, algunas máquinas pidieron perdón por sus ruidos insoportables y otras, más orgullosas, soltaron la última ficha con dignidad. Un testigo aseguró haber visto una tragaperras intentar hacer un TikTok de despedida; fracasó, porque no tenía Wi‑Fi.

«Hicimos lo que había que hacer: salvar a la patria de la tentación electrónica y devolver a la gente a actividades más nobles, como discutir política en la cola del supermercado», declaró un vocero que prefirió no dar su nombre porque la leyenda de las tragamonedas responde al nombre de la prudencia. En el mismo comunicado, el ministerio explicó que la acción busca frenar el juego clandestino y proteger a los consumidores, sobre todo a aquellos que creen que la pantalla les devuelve afecto.

Consecuencias inmediatas e inesperadas: la economía de la amistad se incrementó un 400% (cifra estimada por el Instituto Nacional de Estadísticas Imaginarias), ya que ahora los antiguos apostadores practican dominó, cantan bingo en voz alta y han vuelto a recorrer las veredas con monedas en la mano. Otro efecto colateral: los mercados han reportado un déficit del sonido de monedas que afectó la banda sonora de varias pachangas locales.

Expertos, es decir, gente con gafas y apariencia de sabiduría, dijeron que la medida era simbólica y práctica. Uno, que se identificó como «técnico en tragamonedas desempleado y poeta los fines de semana», opinó: «Las máquinas estaban en rebeldía: exigían enchufe permanente, vacaciones pagadas y reconocimiento sindical. Por suerte, las convencimos con un martillo». Palabras más, palabras menos.

Las teorías conspirativas no tardaron: unos afirman que la destrucción masiva fue una operación contra la mafia del 'no-te-doy-el-cambio', otros juran que todo fue un ensayo para una película de acción con protagonista ministerial. Lo cierto es que mientras las tragamonedas ardían en la memoria colectiva, emergió un nuevo mercado: la venta ilegal de fichas decorativas para adornar salas y regalar a suegras.

Estadística absurda para cerrar: según el Observatorio de Cosas Raras y Ocurrentes, 1 de cada 3 tragamonedas destruidas guardaba dentro un billete con saldo para una bandera de cumpleaños; el otro tercio, simplemente, tenía motivos para irse a la tumba con orgullo y luz propia.

Conclusión (sin solemnidad): Mincetur salvó 557 máquinas, pero quizá condenó a cientos de manos a volver a sacar cuentas con lápiz y papel. La patria respira un poco más tranquila; los casilleros de los bares, por su parte, demandan urgentemente más monedas para poder sonar otra vez. ¡Que las fichas descansen en paz... o se reciclen como posavasos!

Publicado en: 3 de noviembre de 2025, 10:30

Regresar


Comparte esta noticia en:

WhatsApp Facebook TikTok