Pentágono vs. medios: credenciales retiradas y la comedia bélica del periodismo contemporáneo

Medios internacionales desafían al Pentágono y aceptan perder credenciales: la guerra por la prensa se vuelve comedia militar entre normas, ego y café vencido.

Pentágono vs. medios: credenciales retiradas y la comedia bélica del periodismo contemporáneo

¡ALARMA EN LA SALA DE REDACCIÓN! El Pentágono estrena normas y la prensa responde con el gesto más civilizado: decir 'no' en coro y esperar que todo termine en un tuit.

En lo que podría ser el primer episodio de 'House of Cards: versión manual de procedimientos', The New York Times, AP, AFP y hasta Fox News —esa mezcla divina de cable y furor— anunciaron colectivamente que no se someterán a las nuevas y rígidas reglas del Pentágono. Resultado inmediato: les quitarán las credenciales. Dramático, pero bueno: ahora tendrán más tiempo para desayunar sin prisas y para practicar el periodismo desde las terrazas.

El Pentágono, por su parte, ha demostrado que sabe reinventar la burocracia como nadie: nuevas normas, más formularios y un gesto firme que dice 'o aceptas nuestras condiciones o te quedas sin pase para ver las bases desde la ventana del bus'. Ironía suprema: las reglas buscan controlar información crítica mientras se filtra que alguien en el edificio central todavía utiliza fax para comunicarse con entusiasmo.

Las grandes agencias respondieron como quien rechaza un plato que sabe a mentira: elegante y digno. La prensa internacional, orgullosa de su independencia, prefirió perder un carnet plástico que vender la pluma por un chaleco antibalas con etiqueta corporativa. 'Si nos quitan las credenciales, cubriremos con creatividad: señales de humo, palomas mensajeras y livestream desde el camión de los churros', declaró un periodista anónimo con más café que miedo.

Consecuencias posibles (y altamente probables en este universo paralelo): reporteros convertidos en influencers de guerra, encargados de prensa del Pentágono estudiando cómo usar memes, y tours guiados por bases militares reemplazados por audioguías descargables... en disquete. Mientras tanto, los periodistas planean cubrir las maniobras desde la vereda, la tribuna y, por qué no, la ventana lateral de un restaurante italiano cercano.

Estadística oficial no oficial: el 83,6% de las credenciales retiradas terminarán convertidas en llaveros vintage, el 12,2% en adornos de árbol de Navidad y el 4,2% en intentos de soborno a guardias con café instantáneo. Fuente: Instituto Internacional de Chismes, sede imaginaria.

Expertos de carrito: 'Esta disputa no es sobre credenciales, sino sobre quién controla el libre acceso a la narración', opinó el profesor ficticio Diego Trompeta, especialista en diplomacia de café y teorías conspirativas domésticas. 'También influye que alguien confundió la sección de normas con el menú de un restaurante', agregó, sosteniendo un bolígrafo que no devuelve la mirada.

En resumen: el Pentágono y la prensa han comenzado una telenovela institucional que mezcla solemnidad militar con comedia de enredos periodísticos. ¿Ganadores? Depende de quién venda más camisetas con el logo 'Yo sobreviví a las credenciales del Pentágono'. ¿Perdedores? Las credenciales, que hasta ayer eran útiles y hoy aspirantes a objeto de museo.

Mientras tanto, los ciudadanos pueden seguir expectantes: ¿la noticia será la retirada de credenciales o la creatividad con que se informe desde la esquina? En esta función, por ahora, la única certeza es que nadie cubrirá el desfile desde el palco oficial... pero seguro habrá un podcast sobre ello.

'Cosas que aprendimos hoy', concluye la redacción imaginaria: 1) las normas militares dan buen material para chistes; 2) el periodismo no muere, se adapta (y se vuelve viral); 3) siempre hay tiempo para un buen café, aunque te quiten el pase.

Publicado en: 15 de octubre de 2025, 8:10

Regresar


Comparte esta noticia en:

WhatsApp Facebook TikTok