Perú y la Resolución 1325: 25 años de discursos, selfies y promesas recicladas

Perú celebra 25 años de la Resolución 1325 entre discursos, selfies y promesas recicladas; crónica satírica del elegante arte local de comprometerse sin prisa.

Perú y la Resolución 1325: 25 años de discursos, selfies y promesas recicladas

TITULAR: Perú celebra 25 años de la Resolución 1325... y el buffet de discursos sigue abierto

Lead: En una ceremonia que combinó la solemnidad de una cumbre internacional con la felicidad cotidiana de una práctica escolar de teatro, Perú volvió a reafirmar su compromiso con la agenda de mujeres, paz y seguridad. Hubo aplausos, fotos con filtro, un pastel con el número "25" y la sensación general de que, si las resoluciones fueran plantas, esta ya estaría en su tercera reencarnación.

Los organizadores prometieron «seguir comprometidos», frase que en dialecto oficial peruano significa: convocar más mesas de trabajo, producir más comunicados y lanzar una campaña en redes con la etiqueta que suena bien. Entre discursos, se destacó la variedad de gestos simbólicos: manos entrelazadas para la foto, lentejuelas en la tarima y una exposición de diapositivas que mezclaba cifras reales con aspiraciones dignas de un póster motivacional.

«Estamos profundamente comprometidos con comprometernos», declaró una funcionaria con voz firme y sonrisa para la cámara, mientras su asistente colocaba el letrero de “compromiso” en tamaño XXL. Acompañó la frase un aplauso coreografiado y un brindis con jugo de mango. Porque si algo aprendimos en 25 años es que la ritualidad es directamente proporcional al número de mesas de trabajo creadas.

Cita experta (inventada pero con mucha autoridad moral): «La conmemoración es el nuevo programa operativo», explicó la Dra. Clementina Palabrería, presidenta honoraria del Instituto Nacional de Buenas Intenciones. «Hacemos paneles, subimos historias y reciclamos promesas con sello verde. Es sostenible y muy fotogénico». La Dra. Palabrería sugirió además cambiar el nombre de la Resolución por uno más Instagram-friendly: #MujeresPazYFiltros.

Estadística absurda (y, por eso, convincente): según el Observatorio de Compromisos Reciclables —una entidad tan seria que aún no publica su informe—, el 92,6% de los compromisos oficiales han pasado por al menos dos actos conmemorativos; el 7,2% figuran en memorandos; y el contundente 0,2% ha salido alguna vez del papel. Además, el índice nacional de selfies por ministro aumentó un 15% en el último año.

Conclusión: Celebrar 25 años de la Resolución 1325 es, en el Perú moderno, un deporte nacional con medallas de participación. Se aplaude, se promete y se firma. La verdadera paz y seguridad para las mujeres, según el manual vigente, llegará el día en que además de reafirmar el compromiso se haga algo tan radical como ejecutar medidas concretas, asignar presupuestos reales y dejar de confiar en la magia de las consignas. Mientras tanto, la fiesta continúa: habrá otra mesa, otro panel y, por supuesto, otro pastel. Porque reafirmar cansa, pero la foto queda perfecta.

Frase final (para la posteridad): "Prometemos que seguiremos prometiendo", concluyó el protocolo. Aplaudieron todos, se tomaron la selfie y el pastel desapareció en minutos. El compromiso, como siempre, quedó para después.

Publicado en: 25 de octubre de 2025, 8:10

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