Trump podría anunciar operaciones terrestres contra el narcotráfico en Venezuela y Colombia
Trump planea informar al Congreso sobre posibles operaciones terrestres contra el narcotráfico en Venezuela y Colombia; promesa de show y caos internacional.

Titular decente para ser satírico: "Operación Birome": Trump evalúa llevar la lucha antidrogas de los barcos a la arena de tierra firme
En un capítulo más de la serie «Política Internacional: ed. Reality Show», el expresidente Donald Trump —o su departamento de roadmap improvisado— estaría a punto de informar al Congreso sobre la posibilidad de mandar tropas a tierra contra el narcotráfico en Venezuela y Colombia. La noticia, filtrada con la misma discreción que un tuit a las 3 a.m., la adelantó el senador Lindsey Graham, quien ya empezó a ensayar su gesto de sorpresa para la cámara.
Si los rumores se confirman, lo que ahora eran ataques por mar en Caribe y Pacífico subirían un escalón hasta convertirse en operaciones terrestres. Traducido al idioma no diplomático: pasaríamos de «barcos que persiguen lanchas» a «hombres con botas que persiguen mapas». Todo muy eficiente, todo muy planificado... según el manual que nadie leyó.
Analistas no oficiales (léase: vecinos que escuchaban la radio) especulan que el plan incluiría una mezcla de estrategias clásicas y soluciones sacadas de un catálogo de utilería política: desde patrullas nocturnas hasta comisiones para decidir el nombre oficial de la operación —se baraja entre "Operación Birome", "Sueños de Narcopaz" y "All Hands on Deck 2: Now On Land".
Lindsey Graham, protagonista improvisado de este culebrón, se encargó de la promoción: "El presidente nos va a informar en los próximos días". Traducción literal: habrá rueda de prensa, alfombra roja y probablemente un power point con gráficos muy coloridos que no responderán a ninguna pregunta práctica.
Cita no autorizada de la alta escuela de la obviedad: "Si quieres resolver un problema complejo, lo mejor es anunciarlo en grande", dijo un vocero imaginario con voz de teleprompter. Y para quienes gustan de las cifras, un estudio apócrifo del Instituto Internacional del Sentido Común concluye que "el 87,4% de las soluciones bélicas vienen con hashtag y filtro fotogénico".
Consecuencias previstas (versión satírica pero con efectos reales): mayor presencia militar en zonas sensibles, consultas en el Congreso que parecerán castings políticos, y una nueva temporada de memes con marines confundidos por el jet lag y la geografía. Mientras tanto, los países vecinos se preparan para la inevitable rueda de prensa conjunta que concluirá sin respuestas y con mucho ruido de fondo.
¿Y el narcotráfico? Probablemente seguirá haciendo su trabajo eficiente y rentable mientras la política internacional se actualiza a la versión 2.0: ahora con más terreno. Como dato curiosamente inútil, el 63% de los mapas diseñados para estas operaciones incluyen dibujos de sombreros, lo que ningún cartógrafo serio puede explicar.
En fin: si el plan avanza, abróchense los cinturones (o las fajas, según la región). Los próximos días prometen espectáculo, debates y —como siempre— la segura provisión de discursos que no solucionan nada, pero sí generan titulares perfectos para los sábados por la mañana.
Estadística absurda para cerrar con broche de oro: según la Encuesta Nacional de Expectativas Ridículas, el 42% de la población espera que la próxima ofensiva incluya drones que reparten folletos y panetón navideño. Esperemos que al menos lleven buen panetón.
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