MML pide suspender cobro de peaje hasta condena a Villarán: peajes en pausa por el 'debido proceso'

MML pide suspender cobro de peaje hasta que haya condena contra Villarán. Satira sobre peajes en huelga moral, burocracia judicial y 'expertos' de peajología.

MML pide suspender cobro de peaje hasta condena a Villarán: peajes en pausa por el 'debido proceso'

¡PEAJE EN STAND-BY HASTA NUEVAS ÓRDENES JUDICIALES!

La Municipalidad Metropolitana de Lima (MML), conocida por decidir con la misma rapidez con la que un cúmulo de autos avanza en la Avenida Javier Prado, ha propuesto la idea más sensata desde que alguien sugirió poner señalización de ‘sonríe’ en los semáforos: suspender el cobro del peaje hasta que se emita una condena contra Villarán. Sí, leyó bien: el peaje se paga... o no, dependiendo de la agenda judicial y del humor de la burocracia municipal.

La propuesta es una joyita de lógica administrativa: “No cobremos hasta que haya condena”, dijo un vocero cuya tarjeta de presentación solo decía "Servicio al Cliente de la Moral Pública". ¿Qué podría salir mal? Si el proceso se demora años, los conductores ganarán una especie de bono por paciencia; si el fallo llega pronto, volverán los cobros y, con suerte, un espectáculo de confeti en la caseta.

Defensores del plan explican que es una lección de principios: primero la justicia, luego la tarifa. Críticos, en cambio, han sugerido alternativas más prácticas, como que el peaje se transforme en un club social, que los cobradores impartan clases de ética o que se cobre en figuritas coleccionables de la suerte. La MML, sin perder compostura, dijo estar “estudiando todas las opciones con serenidad y café institucional”.

Mientras tanto, en la caseta del peaje se han visto escenas conmovedoras: cobradores practicando retiros de hábitos laborales, conductores aprendiendo a usar el claxon como instrumento de protesta y un curioso aumento en la venta de sándwiches de chicharrón, porque si algo demuestra la incertidumbre, es que el hambre nunca espera.

“Es una medida interina, temporal y absolutamente con sentido común”, declaró un concejal que pidió mantenerse en anonimato para no perder la beca de su curso de normativa municipal. “Además, nos ahorra el tener que explicar por qué unos pagan y otros no. Eso siempre complica el brunch dominical con los amigos”.

Expertos de renombre cuestionable han corrido a opinar. El doctor en Peajología Aplicada, Prof. Tito "Cobro" Fernández, afirmó solemne: “Si el cobro se suspende hasta la condena, sugiero que los peajes instalen hamacas y un piano bar. La espera será más amena”.

Y como en todo buen drama limeño, no faltan las cifras impresionantes: una encuesta imaginaria realizada en la cola del peaje arrojó que el 92.7% de los conductores preferiría recibir la notificación judicial por WhatsApp antes que volver a pagar. Otro dato, igualmente falso pero muy convincente, asegura que el 0.01% de la población estaría dispuesto a pagar el peaje en estampitas de pachamanca si así se acelera el proceso judicial.

En resumen, la MML propone un experimento social que combina derecho, burocracia y teatro vial. Los peatones no saben si aplaudir, los conductores no saben si avanzar y los cobradores no saben si empezar clases de teatro. Todo sea por el debido proceso... o por un buen guion para la próxima temporada de la telenovela municipal.

“Que la justicia espere, que el peaje también”, concluyó un espontáneo que repartía volantes con el lema “Paga si quieres, protesta si puedes”. Mientras tanto, en los andenes del poder limeño, la lógica administrativa continúa su particular marcha: lenta, sonora y con bocinas incluidas.

Publicado en: 2 de octubre de 2025, 8:31

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