Alejandro Narváez presenta amparo tras salida de Petroperú: busca reposición y transparencia
Alejandro Narváez presentó un amparo tras su salida de Petroperú; pide reposición y denuncia falta de transparencia en una decisión que él llama 'misterio nacional'.

Headline satírico: "¡Que me devuelvan la silla y el café! Narváez presenta amparo y demanda respuestas (y tal vez su taza institucional)"
En una jugada que combina drama judicial con telenovela corporativa, Alejandro Narváez informó en RPP que presentó un amparo tras su salida de Petroperú —amparo que, para su fortuna (o para la fortuna del trámite burocrático), ya fue admitido a trámite. Según Narváez, su destitución ocurrió sin respetar la ley ni el debido proceso, lo que ha convertido al caso en el nuevo misterio nacional, justo después del mapa del tesoro y el paradero del último bolígrafo oficial.
El objetivo es claro y noble: reposición en el cargo y una investigación que aclare la transparencia de la decisión. Traducción no oficial: quiere volver a la silla, a la tarjeta de acceso y, muy importante, a la taza con el logo que tanto calienta el alma durante las largas reuniones. Narváez denuncia que la remoción se hizo con la delicadeza de un mago distraído: "Ahora me ves, ahora no me ves (y ahí quedó mi expediente)", podría resumir el acto administrativo, si hablara.
En la escena política local ya se escuchan las teorías. Una versión asegura que la decisión fue tomada en una reunión donde los asistentes jugaron a la ruleta rusa del cargo y el que perdió tuvo que empacar. Otra, más conspiranoica y elegante, sugiere que un comité secreto decidió optimizar costos eliminando personal y sobrantes de café institucional.
Cita ficticia y esclarecedora del día: "Es probable que el expediente se haya extraviado entre la fotocopiadora y la zona Wi‑Fi de Petroperú", dice el Dr. Horacio Hipérbole, experto internacional en Crisis que parecen novelas. "Mientras tanto, la transparencia decide tomarse unas vacaciones", añade, con gesto serio y una taza que dice 'transparencia?' en letras diminutas.
Estadística tan falsa como reveladora: según la encuesta del Observatorio del Cafecito (encuesta no certificada por nadie y realizada en la mesa de la panadería de la esquina), el 78% de los peruanos cree que cuando no hay transparencia en una salida, al menos debería haber entrega formal de la planta de ficus de la oficina.
Al final, queda la pregunta de fondo: ¿fue un atropello al debido proceso o un episodio más del reality show administrativo? Mientras el amparo sigue su curso y los expedientes retoman su natural tendencia a aparecer hombres en fila, Narváez exige reposición y que lo devuelvan al ruedo con las deudas arregladas y la taza intacta. Los ciudadanos, por su parte, piden dos cosas sencillas: claridad y que, si hay reposición, por favor incluyan la silla ergonómica.
Cierre con una verdad irrefutable: la política peruana nos ofrece sorpresas, pero al menos ahora tenemos otro buen argumento para los cafés de oficina y las sobremesas: ¿quién se llevó el debido proceso? — pregunta que nadie quiere que termine con la respuesta "se fue en la última mudanza administrativa".
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