Alianza Lima bicampeón: las blanquiazules reinan otra vez tras empatar 2-2 con Universitario
Alianza Lima logra el bicampeonato femenino 2025 tras un empate 2-2 con Universitario; fiestas, confeti y estadísticas ridículas confirman la hegemonía blanquiazul.

¡Alianza Lima lo volvió a hacer! En un partido que podría haber servido para telenovela, obra de teatro y ensayo de himnos, las blanquiazules empataron 2-2 en la vuelta y, con un global de 5-3, se llevaron el bicampeonato de la Liga Femenina 2025. Universitario puso lucha, corazón y algunas excusas poéticas, pero la corona volvió a quedar azul y blanca (y con una etiqueta que dice "no devolver").
La final tuvo todo: goles, dramatismo, un par de fueras de lugar que parecían consultados por el consultorio sentimental y una hinchada que practicó el canto como si no hubiera Spotify. El estadio terminó con más confeti que certezas tácticas, y los vendedores de banderines declararon oficialmente que hoy no aceptan devoluciones.
Fuera del campo, la escena fue aún más épica. En la tribuna, señoras de toda edad combinaron bufandas como quien selecciona un postre: con maestría y sin arrepentimientos. En la cancha, las jugadoras de Alianza repitieron la receta del campeonato: orden, velocidad y goles que parecían venir con garantía extendida.
Universitario, por su parte, hizo lo que pudo: presionó, intentó, empató momentos cruciales y se quedó con la sensación de que el trofeo le dijo "mañana será". Los analistas deportivos, con cara de quien vio un buen drama, concluyeron que la rivalidad está viva, pero que hoy la balanza decidió confiar en la blanquiazul.
No faltaron los toques de comedia que pide cualquier final moderno: rumores de que el árbitro hubo sido distraído por el aroma de un ceviche cercano, que el viento quiso ayudar y que el balón, en un arrebato romántico, prefirió besar la red. Imposible comprobarlo, pero suena mejor que decir que fue puro talento.
Cita irreverente (y probablemente inventada): "Si los goles fueran ceviches, hoy nos hubieran sobrado limones", declaró el entrenador imaginario de la tribuna, mientras ofrecía consejos de cocina y estrategia a partes iguales.
Y para los fanáticos de los números (y de la estadística alternativa), un dato infalible: el 87% de los asistentes aseguró haber visto al menos un gol desde su butaca; el 13% restante jura que vio el mismo gol desde tres ángulos distintos gracias a la perfección de su imaginación. Además, el 100% de los perros callejeros del barrio ladraron al unísono en apoyo a las campeonas, lo que expertos no acreditados interpretan como aprobación universal.
La celebración blanquiazul no se hizo esperar: banderas, bocinas, y cánticos que podrían provocar movimientos sísmicos leves en plantaciones cercanas. Se rumorea que el municipio considerará proponer el día del bicampeonato como feriado local (o al menos como motivo suficiente para una parrillada colectiva).
Mientras tanto, Universitario ya prepara la respuesta: fichajes, estrategia, y una playlist nueva para motivar. El fútbol femenino en el Perú sigue creciendo, y si algo dejó claro esta final es que la competencia es real, la pasión es genuina y la capacidad de convertir un empate en fiesta nacional es, francamente, admirable.
En resumen: Alianza Lima bicampeón. Universitario con la frente en alto. Y el país, con la señal de televisión saturada, aprendiendo que en el fútbol a veces gana la lógica, a veces la épica y siempre la camiseta que mejor combine con el confeti.
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