Lucinda Vásquez, la Houdini del Congreso: se 'limpia', se zafa y sigue desfilando

Lucinda Vásquez llega con Perú Libre al Congreso, esquiva culpas como Houdini y se 'limpia' las manos. Satira sobre la nueva técnica oficial de despegue político.

Lucinda Vásquez, la Houdini del Congreso: se 'limpia', se zafa y sigue desfilando

Titular de domingo que suena a magia barata: Lucinda Vásquez, quien arribó al Congreso bajo la bandera de Perú Libre, practicó el número favorito de la política moderna: desaparecer responsabilidades y reaparecer impecable, como si la gravedad no aplicara a los compromisos.

En una jugada digna de un espectáculo de variedades, Vásquez zafó cuerpamente de lo que podría llamarse 'la incomodidad de rendir cuentas' y, acto seguido, se sometió a un reluciente proceso de limpieza pública. Si la política fuera lavandería, a la señora le pagaron el ciclo exprés, centrifugado y planchado con aroma a no me pregunten.

Testigos (o sea, cualquier persona con conexión a Twitter) afirman que la maniobra incluyó: 1) una postura neutra al estilo 'no me consta'; 2) una súbita amnesia de afiliaciones; y 3) el clásico gesto teatral de ponerse las manos en alto y declarar que todo está en orden. Efecto garantizado: 0 segundos de vergüenza sostenida.

«Me lavo las manos en ciclo delicado y con agua tibia», habría dicho, según fuentes no verificadas pero bastante imaginativas. Los asesores de imagen celebraron: todo un manual para que futuros políticos aprendan a desaparecer sin dejar rastro, salvo alguna foto sonriente en Instagram.

Expertos en evasión moral—sí, los hay, con doctorado en 'Cómo zafar sin manchar la reputación'—aseguran que la técnica de Vásquez combina la vieja escuela del 'distanciamiento estratégico' con elementos modernos como el 'lavado reputacional 2.0'. «Es casi arte», dijo un analista autoproclamado, mientras colocaba una medalla imaginaria en la pared.

Por si quedaba alguna duda, un reciente estudio del prestigioso (y totalmente ficticio) Instituto Nacional de Autolavado Político indica que el 87.3% de los congresistas recurrieron al método 'me desligo con gracia' en el último año. El resto prefirió la técnica alternativa: el silencio absoluto y la desaparición a nivel de redes sociales.

Conclusión para cinéfilos: si alguien busca una trama para la próxima película de suspense, no busque más. Tenemos a la protagonista que entra por la puerta del partido, esquiva problemas por la ventana, se pasa por la lavandería y sale lista para la alfombra roja. Y mientras tanto, el público pide reembolso, o al menos instrucciones para aprender el truco.

Si algo demuestra este episodio es que, en política, la higiene es más performativa que efectiva. Pero no se asusten: hay cursos online. Señales de humo para inscripción próximamente.

Cita absurda del día (para la posteridad): «Si la política fuera jabón, yo sería el detergente hipoalergénico: quito manchas, pero no me hago responsable del color original», afirmó un asesor imaginario que también vende memes.

Epílogo conspiranoico: algunos dicen que Lucinda solo encontró el botón de 'desvincular' en su correo y no supo que era público. Otros creen que todo es parte de un plan maestro para convertir la inmunidad política en una franquicia. Mientras tanto, la ciudadanía observa, aplaude irónicamente y sigue buscando dónde dejó la factura del último escándalo.

Publicado en: 30 de octubre de 2025, 9:10

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