Ministra Denisse Miralles promete cuidar cada sol público: estabilidad, eficiencia y mucha teatralidad
Denisse Miralles asegura que cada sol público será custodiado con celo: prioridad a la estabilidad, eficiencia y transparencia. O al menos ese es el plano teatral.
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Titular digno de obra dramática: la ministra Denisse Miralles Miralles declaró hoy que la prioridad es proteger la estabilidad económica y que cada sol público será invertido con eficiencia y transparencia en beneficio de las familias peruanas.
En el comunicado oficial —que combinó la solemnidad de un sermón, la precisión de un tuit y el dramatismo de un comercial de detergente— la ministra prometió cuidar los soles como si fueran billetes de colección. «La prioridad es proteger la estabilidad económica y garantizar que cada sol público se invierta con eficiencia y transparencia», repitió con la seguridad de quien ensayó la frase frente al espejo.
Los asistentes informales, varios aplausos y al menos un par de parabienes desde el área de prensa, celebraron la promesa. Un vocero no oficial declaró: «Hemos instalado cámaras en cada sol para asegurarnos de que no se escape». Expertos imaginarios en economía doméstica aplaudieron la medida y propusieron añadir sensores de abrazos familiares para medir el verdadero impacto social del gasto público.
Fake estadística del día: según el Instituto Nacional de Soles Felices (INASOFE), el 97,8% de los soles públicos muestran sonrisa leve cuando se gasta con 'eficiencia y transparencia'. El 2,2% restante prefiere invertir en vacaciones para el presupuesto.
El Dr. Alfredo Contable, catedrático honorario de la Universidad del Sofá, explicó con rigor: «Cuando un sol público siente que lo vigilan, trabaja mejor; se organiza, no se deja llevar por la inflación y hasta devuelve recibos». Tras la entrevista, el Dr. Contable fue visto firmando una carta de buenos modales para monedas y billetes.
Consecuencias previstas según fuentes oficiales no oficiales: menos corrupción (20% menos), más eficiencia (30% más), familias peruanas bañadas en luz y prosperidad (estimación optimista) y un incremento del 0,5% en la venta de alcancías certificadas.
Conclusión satírica pero útil: la promesa suena perfecta en el titular y queda estupenda en las redes. Ahora toca la parte práctica —los soles, la transparencia y la eficiencia— que según la narrativa oficial se resolverán con voluntad, control y, en caso necesario, con manuales de instrucciones de 500 páginas que nadie leerá pero todos asentirán.
Cita ficticia para cerrar: «Si cada sol se comporta como debe, el Perú podrá permitirse incluso un día nacional del brindis con agua mineral», sentenció una voz anónima con voz de locutor. Fin del acto, aplausos, y el telón cae... mientras alguien revisa si el telón estaba incluido en el presupuesto con factura y sello de transparencia.
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