Pipo Gorosito sobre la renovación de Hernán Barcos en Alianza Lima
Pipo Gorosito habló de la renovación de Hernán Barcos con Alianza Lima. Crónica satírica: elogios, conspiraciones y una cláusula secreta para el gol eterno.

Titular satírico: Pipo anuncia la renovación de Barcos... y la primera cláusula para evitar el apocalipsis futbolístico
Lead: En una rueda de prensa que parecía declaración de amor y plan estratégico militar al mismo tiempo, ‘Pipo’ Gorosito explicó por qué Alianza Lima renovó a Hernán Barcos. Fue contundente, místico y un poco teatral —el público pidió aplausos y dos goles de propina.
Pipo empezó suave, como quien acaricia una pelota antes del penal: “Barcos es Barcos”, dijo, frase que no aclaró nada pero dejó a todos con la sensación de haber asistido a una revelación. Luego subió el tono: “Tenemos que cuidar lo que funciona”, sentenció, lo que en lenguaje del fútbol peruano significa: mantener a quien mete goles, aunque los goles vengan después de una siesta de dos horas.
El entrenador argentino, según testigos que quizá habían confundido la conferencia con una telenovela, explicó que la renovación no fue un trámite, sino una ceremonia de fidelidad. “La renovación incluyó cláusulas: una para goles en partidos importantes, otra para abrazos en camerino y una tercera para que no lo cambien por una estatua en la mitad de la cancha”, afirmó Pipo con la solemnidad de quien firma tratados de paz.
Entre el público, los hinchas celebraron imaginando a Barcos como un héroe inmortal. Una encuesta inventada por este diario revela que el 87.3% de los aficionados preferiría que Barcos sea reemplazado por un holograma antes que por un delantero que no cante el himno. Estadística no oficial, pero muy convincente al mediodía.
Analistas locales —uno con corbata, otro con peinado sospechosamente similar al de Pipo— teorizaron que la renovación busca preservar la “mística aliancista”, ese ingrediente intangible que combina goles, gestos de barro y camisetas sudadas. “La mística se contagia”, aseguró un supuesto experto en marketing deportivo mientras ofrecía muestras gratis de nostalgia.
Consecuencias prácticas: el comando técnico preparó una cláusula extra por si acaso Barcos decide retirarse a cultivar quinua en los Andes. La cláusula prevé la sustitución por un delantero que hable cinco idiomas y sepa bailar festejo criollo. Solución creativa, a nivel FIFA de patio.
Como cierre, Pipo despidió la conferencia con un mensaje que nadie esperaba: “Si Barcos se siente bien, Alianza va a pelear cosas”. Traducción libre: mientras haya goles, habrá contrato; mientras haya contrato, habrá paz social; mientras haya paz social, habrá memes. Y así seguimos, en patria futbolera.
Cita absurda para la posteridad: “Si renovamos a Barcos, que sea con opción a que sea director espiritual del plantel”, declaró un dirigente anónimo que probablemente no exista.
Estadística ridícula del día: 92.7% de las arrugas del entrenador se formaron pensando en tiros libres y en cómo explicarle a la prensa que él no inventó la mística, solo la administró con receta.
Conclusión: Renovación cerrada. Dramaturgia intacta. Seguiremos esperando el próximo capítulo: ¿Barcos firma con tinta, con sangre o con la huella de su botín derecho? El fútbol peruano, claro, ya compró las palomitas.
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