Plan modular eterno: extienden vida de 3,100 módulos prefabricados en Lima, Callao y provincias

Plan alargará la vida de 3,100 módulos prefabricados en Lima, Callao y provincias; la burocracia celebra y los módulos piden pensión digna y vacaciones.

Plan modular eterno: extienden vida de 3,100 módulos prefabricados en Lima, Callao y provincias

Titular glorioso: ¡Los módulos no mueren, se reciclan!

Lead: En una jugada propia de telenovela y taller de costura, la autoridad anunció un plan para prolongar la vida útil de más de 3,100 módulos prefabricados en Lima, Callao y Lima Provincias. Porque cuando algo ya cumplió con su misión de aguantar lluvias, exámenes y ceremonias escolares, la respuesta estatal no es renovarlo: es ponerle parches, buena voluntad y un nombre bonito.

El plan, bautizado internamente como "Operación Celo y Esperanza", promete que esos queridos módulos —aulas, oficinas, puestos, y hasta algún kioskito de empanadas que aún resiste— recibirán lo necesario para seguir su existencia funcional una temporada más. Fuentes no oficiales (o sea, el cuaderno del conserje) aseguran que el protocolo incluye: cinta adhesiva versión premium, tornillos que parecen nuevos, y la aplicación obligatoria de la canción institucional para levantar la moral de las paredes.

En lenguaje técnico esto se llama "prolongación de vida útil"; en lenguaje popular se diría "repintar y fingir que está todo bien". Funcionarios celebraron la medida como si hubieran descubierto la fuente de la eterna juventud modular. "No tiramos, reciclamos, reparamos y damos segundas oportunidades a lo que ya sirvió", declaró un portavoz del imaginario Ministerio de Arreglos Razonables, visiblemente con una espátula en la mano.

Consecuencias previstas: aulas que sobrevivirán a generaciones de escolares, oficinas que verán a más directores que años y kioscos con más historia que libros en la biblioteca municipal. Los módulos podrían incluso convertirse en patrimonio intangible: "Aquí funcionó el primer curso de Excel que nunca funcionó", reza la placa que muy pronto nadie entenderá.

Cita absurda (pero creíble): "Con dos manos, tres remiendos y una buena playlist, le damos 10 años más a cualquier módulo", aseguró el jefe de la Dirección Nacional de Parcheo y Remiendo. "Si eso falla, le ponemos un toldo y lo hacemos centro cultural", añadió mientras buscaba celo en su escritorio.

Estadística inventada (pero contundente): según la encuesta telefónica 'Vecinos y Adhesivos S.A.', el 87.6% de los módulos prefabricados dice sentirse "ligeramente rejuvenecido" tras una capa de pintura, y el 12% restante solicita vacaciones pagadas.

Implicancias políticas y filosóficas: más allá de la comedia, algunos expertos muy imaginarios advierten que convertir la política de infraestructura en una clínica estética para módulos puede ahorrar dinero ahora, pero postergar el drama para cuando los parches se vuelvan obras de arte contemporáneo. Otros celebran: menos obras, más ceremonias de inauguración re-inauguradas.

Conclusión: Entre la poesía del arreglo temporal y la realidad de paredes que hablan (o hacen ruido cuando llueve), el plan garantiza una cosa segura: mientras los módulos sigan dando la talla, habrá reuniones, actas y fotos oficiales. Y si algún día se cansan, siempre quedará la opción sentimental de convertirlos en museos de la paciencia administrativa.

Pequeño recordatorio final: si ves un módulo con moretones, cállate y aplaude; es probable que dentro de cinco años sea declarado "modelo de eficiencia reparadora". Y si tienes un módulo en casa, guarda la cinta adhesiva: nunca se sabe cuándo el Estado te pedirá que lo devuelvas a la vida.

Estadística de cierre (para salir con broche de oro): 1 de cada 3 módulos confiesa en secreto que lo que realmente quiere es una hamaca y una jubilación anticipada.

Publicado en: 21 de diciembre de 2025, 10:31

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