Prórroga del REINFO en el Pleno: la eternidad burocrática que nadie pidió
La Junta de Portavoces incorpora la prórroga del REINFO: más comisiones, más papeles y la seguridad absoluta de que nada urgente se resolverá antes del próximo siglo.
¡PLENO, PRÓRROGA, Y QUE NO SE NOTE! — La Junta de Portavoces anuncia que pone en agenda la prórroga del REINFO, porque la democracia también necesita tiempo para estirarse como si fuera yoga de oficina.
En un giro que nadie pidió pero todos secretamente esperaban, la prórroga del REINFO ha pasado de ser un trámite a convertirse en la nueva saga televisiva parlamentaria: capítulos, pausas dramáticas y cliffhangers cada vez que alguien pronuncia la palabra "enmienda". Según fuentes que prefirieron permanecer anónimas para no perder el café de los martes, la decisión se tomó después de una larga y profunda reflexión —es decir, una reunión con tres tazas de café, dos móviles vibrando y un bolígrafo que ya no escribe.
Los portavoces celebraron la inclusión en la agenda como si hubieran descubierto la vacuna contra la impuntualidad legislativa. "Lo importante es que llegue a la agenda; luego ya veremos cuándo llega a la solución", afirmó un portavoz con sonrisa institucional y manos ocupadas contando folios. La prórroga, explicaron, garantiza que el REINFO no se agote en popularidad antes de que terminen de diseñar el comunicado de prensa.
En la práctica esto significa más comisiones, más debates y más papelerío: el ciclo perfecto para quienes creen que la burocracia es un deporte olímpico. Los críticos, esos aguafiestas de la eficiencia, señalan que el término "prórroga" en el idioma parlamentario se traduce libremente como "mañana eterno".
Absurdo estadístico del día: el 97,3% de los expedientes relacionados con el REINFO terminarán este año en el cajón rotulado "para estudiar con calma". Nuestro equipo de investigación ficticia confirmó el dato en dos minutos y medio, lo que no es tiempo suficiente para rebatirlo pero sí para ponerlo en un titular.
Un autodenominado "experto en prórrogas con maestría en paciencia" comentó: "La prórroga no soluciona, pero prolonga la ilusión de que se está solucionando". Frase que seguramente terminará en post-it y en camisetas dentro de poco.
Las consecuencias prácticas son sencillas y hermosas en su inutilidad: funcionarios que ganan días para archivar, reuniones que se multiplican como tributos a la solemnidad y ciudadanos que aprenden, por fin, el significado de paciencia en su forma más pura y administrativa.
Mientras tanto, la derecha y la izquierda se turnan para aplaudir la inclusión en la agenda como si fuese la primera línea de un plan secreto para salvar el REINFO de su propio éxito. Los observadores internacionales, con la lengua fuera y la agenda de festivales en la mano, han calificado el episodio como "una muestra conmovedora de cómo estirar el tiempo sin romper el papel".
Conclusión (no solicitada pero necesaria): la prórroga del REINFO ya está en la agenda del Pleno. Celebrémoslo con moderación, o por lo menos con un buen cafecito, porque si algo está claro es que la burocracia siempre encuentra la manera de mantener la emoción... hasta la próxima prórroga.
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