Por qué el Día Mundial de la Sonrisa se celebra el 4 de octubre: historia, mitos y razones deliciosamente ridículas
Descubre por qué el Día Mundial de la Sonrisa 'cae' el 4 de octubre: historia oficial, conspiraciones cósmicas y datos ridículos para sonreír sin control.
TITULAR PROVOCADOR: Sonríe, que hoy alguien decidió ponerle fecha al gesto gratis
Lead satírico: Un buen día —y por bueno entendemos 'en el que alguien recordó que sonreír es barato'— el mundo dijo: '¿Por qué no institucionalizamos la sonrisa?' Así nació la idea de reservarle un día en el calendario, porque si algo no tiene reglas claras, ¿cómo cobramos por ello luego, no? El 4 de octubre fue la fecha elegida, y desde entonces la humanidad celebra con la seriedad de quien estrena polo nuevo y con la solemnidad de quien sube una selfie con filtro de perro.
Breve historia (con licencia poética): Todo empezó con un señor llamado Harvey Ball, el dibujante que en 1963 tuvo la osadía de hacer un círculo feliz y cobrar por él. Décadas después, cansado de que su creación apareciera en tazas, gorras y calcetines sin pedir permiso, proclamó el Día Mundial de la Sonrisa. ¿Por qué el 4 de octubre? La versión oficial es aburrida y administrativa: fue la fecha en que lo anunció. La versión romántica dice que ese día la luna guiñó un ojo. Nosotros preferimos la tercera versión: eligió la fecha porque fue el primer día que alguien sonrió al ver su factura de teléfono.
Cómo se celebra (o cómo creen que se celebra): En teoría la consigna es hacer una buena acción para provocar una sonrisa ajena. En la práctica: hay gente que regala chocolatitos (por si la sonrisa viene con azúcar), influencers que recomiendan 10 pasos para una sonrisa 'orgánica', y empresas que ofrecen descuentos si subes una foto sonriendo con su producto. Hay también quienes, como gesto extremo, aprenden a sonreír con máscaras de yoga facial en tutoriales de 12 minutos.
Cita absurda (pero convincente): 'La sonrisa es la moneda universal', declara el Dr. Ríe Mucho, experto autoproclamado en happiness studies. 'Si medimos la felicidad en winks por minuto, octubre tiene un repunte notable entre las 9 y 11 a.m., justo después del café'.
Estadística inventada y científicamente no auditada: Según el Instituto Internacional de Muecas y Carcajadas (II-MC), el 62.3% de las sonrisas del Día Mundial ocurren por motivos triviales: ver un meme, recordar que hay feriado en Bolivia y no en Perú, o por la promesa de enviar stickers de perro en WhatsApp.
Consecuencias irónicas: Desde que existe este día han surgido nuevas profesiones: entrenadores de sonrisas, auditores de carcajadas y 'curadores de buen humor' en redes sociales. Además, las tiendas de artículos felices han multiplicado sus colecciones: polos con sonrisas minimalistas, mascarillas con emoticones y tazas que, si aprietas, sueltan una risa prefabricada.
Cómo no celebrar (advertencia con cariño): No es necesario colocarse una sonrisa fija estilo plástico y decir 'todo bien' cada vez que te pregunten por el almuerzo. Tampoco hay que fingir alegría para vender un producto. La idea original (aunque parezca que la olvidaron entre filtros y promociones) era simple: hacer al menos una buena acción que provoque una sonrisa auténtica.
Cierre provocador: Así que este 4 de octubre, anda y rompe la rutina: ofrece el asiento en el Metropolitano, di un cumplido sin esperar nada a cambio o simplemente sonríele al señor que te vende papas rellenas. Si alguien te pregunta por qué ese día y no otro, responde con la confianza de un influencer: 'Porque sí, y porque a alguien se le ocurrió'. Y si no funciona, siempre puedes inventarte un estudio con porcentajes absurdos. Funciona casi siempre.
Post data festiva: Si quieres celebrar en serio, intenta una buena acción. Si quieres celebrar a lo influencer, ponle filtro. Si quieres celebrar a lo peruano, sonríe y agrega: '¿Y tú qué, causa?'
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