San Marcos: segunda fecha del examen de admisión 2026‑I desata histeria, rituales y puestos de anticuchos

San Marcos se alista para la segunda fecha del examen 2026‑I: aspirantes, padres y vendedores afinan rituales, miedo y tácticas de supervivencia dominical.

San Marcos: segunda fecha del examen de admisión 2026‑I desata histeria, rituales y puestos de anticuchos

Titular provocador: San Marcos convoca a la Fiesta del Pánico — segunda fecha del examen 2026‑I promete más sudor y menos respuestas

Lead satírico: Este domingo la venerable Casona, que sobrevivió a virreyes, terremotos y tías que piden la receta del ají, abrirá sus puertas para lo que ahora se llama oficialmente "la maratón de fe y lápices". Postulantes, padres, vendedores ambulantes y un grupo de palomas con muy mala memoria acudirán en masa para celebrar el rito anual de elegir quién tendrá el privilegio de endeudarse académicamente.

La escena es la clásica: aspirantes con mochilas que parecen maletas de mudanza, ojos con más café que sueño y la certeza interior de que, si la hoja de respuestas no se mueve sola, algo anda mal con el universo. En la puerta, señoras ofrecen amuletos que aseguran «aprobos instantáneos» (condiciones aplican, no reembolsable) y un puesto de anticuchos ha renunciado a la parrilla para montar una mesa de "consejos desesperados".

Funcionarios de la universidad, que han practicado durante décadas el arte ancestral de la logística lenta, prometen que todo estará "controlado". Traducción no oficial: habrá control, cámaras, y al menos tres voluntarios con chalecos fluorescentes tropezando al mismo tiempo. Los pasillos de la Casona se preparan para ser escenario de más dramatismo que una telenovela de media tarde.

Los mítines de última hora incluyen rituales curiosos: grupos de estudio que recitan fórmulas como si fueran mantras, padres que memorizan el mapa del campus por si deben improvisar un rescate y aspirantes que entrenan su cara de concentración definitiva frente a espejos prestados.

Cita absurda (pero convincente): "Si respiras muy profundo, el examen puede confundirse y darte compasión", asegura el autoproclamado Dr. Nervio de Lápiz, experto en técnicas de respiración para gente con pulso de gelatina. "También funciona el apretón de manos simbólico con la Casona", añade, mientras ajusta su chaleco con muchos bolsillos para guardar esperanzas.

Estadística inventada: Según el Instituto Nacional de Estadísticas Ridículas, el 87.3% de los postulantes lleva algún tipo de amuleto; el 12.6% cree que el amuleto es invisible; el 0.1% trae un amuleto extra por «si al primero le da flojera trabajar». Mientras tanto, cuatro de cada tres puestos de comida ofrecen combos que incluyen una porción extra de motivación.

Consecuencias pronosticadas: si el examen sale como se teme —con preguntas inspiradas en acertijos medievales y respuestas escritas en dialecto académico— la universidad encontrará la manera de decir que todo fue "una prueba de carácter". Si sale bien, se podrá afirmar que los jóvenes son el futuro y, acto seguido, cobrar la matrícula.

Así que ya lo sabe: vaya con su lapicero favorito, su amuleto bien envuelto y la disposición emocional de quien enfrenta una montaña rusa sin cerrojo. El domingo la Casona volverá a ser templo, plaza y escenario de pequeñas tragedias personales con entradas gratuitas (para los acompañantes) y grandes historias para contar en cenas futuras.

Pie burlesco: Entre tanto, las palomas de la Casona anuncian huelga por falta de respeto a su labor de custodias de respuestas; exigen contratos, bono por puntualidad y café. La universidad aún no responde.

Publicado en: 5 de octubre de 2025, 9:31

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