EsSalud activa alerta amarilla en Navidad y Año Nuevo para garantizar emergencias y servicios
EsSalud activa alerta amarilla en todo el país por Navidad y Año Nuevo: hospitales listos para emergencias, resacas épicas y villancicos con desfibrilador.
ES SALUD SE PONE EL GORRO NAVIDEÑO: ALERTA AMARILLA PARA SALVAR TURRES Y TACONAZOS
En un gesto casi navideño y definitivamente burocrático, EsSalud declaró la famosa alerta amarilla en todos sus establecimientos del país para asegurar que, entre panetón y brindis, alguien pueda atender desde la resaca de la tía hasta el taconazo del yerno. Porque nada dice "Feliz Año Nuevo" como la promesa institucional de estar ahí cuando el pisco sour y las buenas intenciones se convierten en emergencias.
Según el comunicado oficial (firmado con tipografía Comic Sans, presumimos), la medida busca garantizar la atención de emergencias y la continuidad de los servicios esenciales durante las celebraciones. Traducción no oficial: hospitales con villancicos en altavoz, guardias con gorros de Santa y ambulancias listas para esquivar parrandas y puestos de anticuchos.
Qué podemos esperar: salas de emergencia con playlist navideña, turnos de enfermeras adiestradas para distinguir entre un atragantamiento por turrón y un colapso por promesas de Año Nuevo; zonas de observación para el clásico "me tomó el pisco" y consultas exprés para el arrepentimiento de medianoche. También, por si acaso, un equipo anti-taconazo para los lesionados por zapatos que desafían la gravedad y la cordura.
Cita oficial (inventada, pero con ganas): "Estamos preparados para todo: desde fracturas por baile hasta la sobredosis de abrazos incómodos", declaró el Dr. Hipólito Remendón, vocero autoexigente del departamento de ‘Siempre Listos’. "Traigan su buena voluntad y su DNI; lo demás lo ponemos nosotros".
Estadística no auditada y útil para conversaciones en la cena: un 73.9% de incidentes navideños implican competencia entre la abuela y el sobrino por el último trozo de panetón; el 42.2% requieren atención emocional y el 0.7% demandan desfibrilador por villancicos fuera de ritmo. Datos que nadie pidió, pero que suenan bien en un boletín.
Consecuencias irónicas: los ciudadanos ahora podrán celebrar con la falsa seguridad de que si algo sale mal, no será por falta de atención médica sino por exceso de entusiasmo fiestero. Por su parte, los hospitales se preparan para recibir a Santa Claus y su equipo de renos, si acaso la tradicional dieta navideña se vuelve demasiado poderosa.
Recomendación satírica y práctica para las fiestas: celebre con moderación (y con zapatos seguros), mantenga el celular cargado (y la playlist a volúmenes que no requieran intervención médica), y recuerde que si canta desafinado, EsSalud está listo... aunque quizá no para el trauma emocional de sus parientes tras su solo de karaoke.
Felices fiestas a todos, y buen descanso a los trabajadores de salud que, entre villancicos y pacientes, se convierten en el verdadero aguinaldo de la temporada.
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